Tener un botiquín bien organizado es clave para actuar rápidamente en situaciones de emergencia. Lo primero es seleccionar un lugar fresco, seco y fuera del alcance de los niños para almacenar los productos. Se recomienda incluir analgésicos, antipiréticos, antihistamínicos y material de primeros auxilios, como gasas, tiritas, desinfectantes y suero fisiológico.
Es importante revisar periódicamente las fechas de caducidad y reponer los productos vencidos. Además, cada medicamento debe mantenerse en su envase original y con su prospecto para evitar confusiones. Si se tienen tratamientos específicos para alguna enfermedad crónica, estos deben estar separados y bien identificados. Una buena organización del botiquín puede marcar la diferencia en un momento de necesidad.